Sin duda uno de los principales atractivos de la Ruta del Vino Montilla-Moriles son sus maravillosos paisajes diversos.

La mayoría de los municipios vitivinícolas están ubicados en la Campiña Sur. Al acercarnos a esta comarca nos vamos sumergiendo en una verde alfombra de viñedos, olivares y fértiles tierras cerealísticas salpicadas de pueblos blancos encumbrados en cerros. Un espacio suavemente ondulado, cuya contemplación nos acuna y nos llena de serenidad. De entre los cerros sobresale el Cerro Macho en la Sierra de Montilla, que es el de mayor altitud. Estas tierras alomadas son óptimas para el cultivo de la vid pues facilitan el drenaje del agua.

Existen innumerables caminos y terrenos abiertos que hacen de la zona un lugar ideal para la práctica de actividades deportivas y de ocio como rutas a caballo, a pie o en bici.

En las Zonas de Producción Superior, las albarizas, los mejores terrenos para el viñedo, nos muestran su color pálido, se diría casi lunar, peinados por hileras de cepas perfectamente distribuidas, que, en muchos casos, alternan con manchones de olivos.

Dos miradores naturales nos brindan la posibilidad de contemplar estos paisajes.

El Mirador de la Campiña en Montemayor, junto al Castillo de los Duques de Frías y en el centro del pueblo, desde el que llenar nuestros ojos y nuestro espíritu de cielo y tierra con su rica variedad cromática. Se ven los pueblos de Montilla y Espejo, la Sierra de Cabra, Lucena y si el día está claro Sierra Nevada.

El Mirador Panorámico Comarcal en Montilla, en el Cerro de Don Juan. Desde allí, la inmensidad de la Campiña se abre ante nosotros. Sobre un mosaico de cultivos se asientan innumerables cortijos y lagares. También se divisa el Arroyo Benavente que serpentea entre el cerro Macho y el cerro de Don Juan con sus márgenes adornados por un bosque en galería. La vegetación en el cerro tiene un interés significativo pues coexisten especies de Sierra Morena, de la Campiña Sur y de la Subbética, estando formada sobre todo por arbustos. Es un enclave ideal para la fauna autóctona pues les proporciona refugio y alimento. Este paraje de gran belleza se encuentra a unos 8 km. de Montilla y a 1 km. de Buenavista, en la carretera Cuesta blanca.

Además de este paisaje predominante la Ruta nos ofrece la posibilidad de disfrutar de otros espacios naturales de alto valor ecológico.