¡Hola a Todos! Somos Silvia y Janis. Venimos de Sevilla y desde hace un tiempo teníamos ganas de conocer algunos municipios de la Ruta del Vino Montilla Moriles. Por esta razón decidimos visitar algunos pueblos de la campiña cordobesa ya que anteriormente habíamos visitado la capital.

 

 

Nuestra primera parada fue en uno de los pueblos más carismáticos de Córdoba, Fernán Núñez. Fuimos en búsqueda del famoso Palacio Ducal, el cual se emplaza en la Plaza de Armas. Justo antes de llegar a dicha plaza, nos recibe una casa dándonos indicios que vamos por el camino correcto. La atractiva vivienda comparte con todas las edificaciones de la Plaza, el característico color teja, además de las múltiples flores que nos sumerge en la primavera cordobesa.

 

 

El Palacio Ducal ocupa la antigua plaza de la primitiva fortaleza medieval y forma todo un conjunto arquitectónico, compuesto por el palacio, el ayuntamiento, el mesón, las antiguas escuelas pías y las caballerizas, declarados en 1983 Bien de Interés Cultural en la categoría de Conjunto Histórico.

 

 

Tuvimos la gran suerte de conocer a Ángel, gran amante de la Historia del Arte, quien a través de sus palabras fue capaz de trasladarnos a finales del siglo XVIII.

Este majestuoso Palacio constituye uno de los símbolos de identidad de la localidad. Fue construido entre 1783 y 1787 por orden del VI Conde de Fernán Núñez. Uno de los aspectos más significativos para nosotras fue descubrir la Capilla de Santa Escolástica y la espectacular vista de los Jardines del Palacio.

 

 

Una gran escalinata palatina nos da la bienvenida, con sus bustos romanos de mármol blanco del s. XVII que denotan el gran poder de la casa nobiliaria y su impresionante cúpula de tres anillos concéntricos que nos da la sensación de cercanía.

 

 

Ángel nos comentó que hace unos meses tuvieron la oportunidad de realizar dentro del propio palacio un Escape Room, donde los visitantes ayudados por candelabros y velas tenían que buscar pistas para conseguir salir del palacio. Nos comentan que próximamente volverán a repetir la experiencia dado el gran éxito que tuvo. Esperamos poder asistir ¡no nos lo perderíamos por nada del mundo!

De camino a nuestro próximo destino, pasamos por el municipio de Montemayor. De mano de Bodegas San Acacio fue como descubrimos el proceso de elaboración del Vino Dulce Pedro Ximénez, extraído de la uva pasificada al sol tras estar extendidas durante unos días sobre las hectáreas que se encuentran a la espalda de la bodega.  Cabe destacar que la climatología es muy importante en este procedimiento puesto que una humedad excesiva puede arruinar todo el trabajo.

 

 

Continuando nuestro trayecto, ponemos rumbo a La Rambla, cuna de la cerámica y de la alfarería. Nos estaba esperando en la puerta del Museo de la Cerámica una guía, Irene, quien nos explicó con máximo detalle todas las funciones de los contenidos expuestos en el museo, desde su pasado hasta la actualidad. Una de las cosas que nos llamó la atención fueron las piezas procedentes de la Exposición Monográfica de Alfarería y Cerámica, uno de los más antiguos de España, datado desde 1926. Dicha exposición se celebra de manera internacional, participando países destacados como es Japón.

Las mejores piezas, pasan a formar parte de este increíble museo.

 

 

 

Como curiosidad de actualidad, disponen de una pieza ganadora del Concurso Internacional de Cerámica y Alfarería de Embarro, la cual consiste en una mascarilla que ha adquirido un nuevo diseño y ha sido expuesta en este museo.

 

 

Irene nos acompañó por las callejuelas y plazas más conocidas de la Rambla. Como pueblo referente en el mundo de la cerámica, destacar cada elemento decorativo relacionado con este mundo; bancos, farolas, jarras de cerámica en lugar de maceteros en la Calle Flores… y también con Miguel de Cervantes, pues visitó este municipio durante su cargo para el requerimiento del impuesto del grano.

 

 

 

 

¡Llegamos por fin a una de nuestras partes favoritas! No podíamos irnos sin visitar un taller de artesanía. Fue una de las mejores experiencias, puesto que Álvaro y su hermano nos explicaron paso a paso los procedimientos que conlleva la elaboración de estas piezas artesanales, mostrándonos cada rincón de su establecimiento. Agradecemos la confianza que Álvaro depositó en nosotras, fue muy amable y paciente, ya que cualquier duda que tuviéramos respecto a los pasos, lo explicaba sin ningún problema.

Sin duda alguna recomendamos qué pongáis en vuestro itinerario este tipo de actividad tan creativa y a la vez entretenida.

 

 

Nuestra próxima parada después de visitar el municipio de La Rambla, fue la localidad de Montilla, donde se encuentra Bodegas Pérez Barquero. La bodega fue fundada en 1905, y desde entonces, forma parte de la Denominación de Origen Montilla-Moriles. Sus vinos y vinagres se elaboran por el sistema tradicional de criaderas y soleras.

 

 

Nos atendió Tere, una mujer encantadora, la cual nos contó su historia y nos guio por las diferentes instalaciones. De esta forma pudimos ver la Bodega “Los Amigos”, la Bodega de “Montecristo” con ese aroma envolvente a Brandy, los inmensos depósitos de acero inoxidable donde se fermentan sus exquisitos vinos y sus valiosas Tinajas, lugar tradicional donde fermentan sus conocidos vinos y donde adquieren sus singulares propiedades.

 

 

Al pasar por la zona de embotellado, Tere nos comentó el número de botellas que se llegaban a embotellar en una hora ¿Os hacéis una idea de cuanto? ¡10.000 botellas por hora! ¿No os parece una cifra impresionante?

 

 

Antes de terminar la visita, pasamos por la Sacristía de la Bodega, sala acogedora y llena de encanto, para catar sus vinos y disfrutar de la compañía. Nada más acabar, nos dirigimos a su tienda para comprar algunos vinos y vinagres, deseando compartirlos con nuestros familiares.

 

 

 

Tras una mañana tan intensa, nuestro apetito apareció, así que nos dirigimos hacia el Restaurante Las Camachas. Allí nos recibió Raúl, con un trato espectacular y muy conocedor de la zona y de sus vinos. Pudimos degustar sus exquisitos platos tradicionales; Flamenquín, Salmorejo Cordobés, Alcachofas a la Montillana, Croquetas de Rabo de Toro… todo maridado con vinos de la D.O. recomendados por Raúl. Se nos hace la boca agua solo de pensar de nuevo en ello ¿No os pasa?

 

 

Nos apetecía disfrutar del paisaje de la Ruta del Vino Montilla Moriles. Consultamos con Raúl  y sin pensárselo dos veces, nos recomendó «La Sierra de Montilla», a escasos kilómetros del pueblo, donde se encuentran numerosos lagares, fincas rodeadas de viñedos donde se recoge la uva, se prensan y se realiza la primera parte de la elaboración de los vinos. En algunos de ellos, aún viven los propios propietarios del lagar.

El paisaje de la Sierra de Montilla deja con la boca abierta a cualquiera, un camino lleno de viñedos a cada lado que mirases, alternados por olivares,… No pudimos evitar parar varias veces para echar algunas fotos.

 

 

Decidimos ver Lagar Cañada Navarro, el cual nos enamoró nada más llegar. Su entrada, como si fuese un largo pasillo rodeado de viñedos de la propiedad, te da la más majestuosa bienvenida, observando desde lejos los colores blancos y azules predominantes de la fachada, junto a un gran manto color verde efecto de los viñedos y los rosales.

 

 

El Lagar Cañada Navarro se compone de varias partes, la finca agrícola, el caserío y los almacenes y fue adquirido en los años 60 por el padre de sus actuales propietarios, Emilio Jiménez Panadero. Santiago, uno de los hijos, nos acompañó por todo el lagar, descubriendo la historia que sus vinos ocultan.

Para aquellos que os gusta hacer algo diferente, os revelamos que ofrecen la experiencia de realizar un Taller de Chorizo.

Cuando la visita terminó, hicimos nuestro recorrido de regreso a nuestra casa con la satisfacción de que habíamos “encontrado uno de nuestros destinos favoritos”. ¡Volveremos pronto!

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